Hemos alejado las nubes a manotazos, el cerotrés es más fuerte.
Por suerte prevalecen los buenos sentimientos sobre el dinero, ¡faltaría más!, pero a veces una tiene sus dudas y se agobia.

Sólo unas horas después, una llamada puede tirar por tierra todo un día por venir. No influye en mis acciones de hoy, sino en mi estado de ánimo irremediablemente pésimo.
¿Así van a ir bien las cosas?
Sí, de lejos, mirando como los campos de fresas te engullen y me pierdo aun más.
No me digas que no me cierre.

¿Cuántas veces habré empezado un blog aquí para abandonarlo?
Tantas y tantas... Por miedo acabo borrando todo lo anterior.
Harta del miedo decido volver a empezar.
Borrón y cuenta nueva. Desde cero.
Mi rincón, sin lectores; sin mirones.