Estoy fuera de servicio, por favor, inténtelo más tarde.

Finalmente se abrió, pudo sacar todo lo que tenía dentro y llegar a ser el mejor del mundo. A partir de ahí nada se supo de él, pero he de admitir que nunca sonó mejor.
Creo que fue porque admitió que se había equivocado y que se enamoró, pero era tarde para todo eso.

"Yes, I'm lady. I'm a lady who dances... Yes, a lady. And when I was born I was one."












¿Hay algo mejor que todas las temporadas de Little Britain? Igual sí, pero podrían censurarme en algunos estados como Missouri.

Se desvanecen unos, se quedan otros; pero ante todos nosotros prevalecemos y, con nosotros, sus recuerdos.
Es inevitable y pensar lo contrario sería demasiado egoísta.

No es un grave error, es uno de otros tantos. Aprendí hace ya mucho que fiarse de Berlín era firmar la caida de mi propia ciudad que, ante la indiferencia inevitable de la alemana, caería en el olvido cubriendo de polvo cada uno de mis rincones.
¿Qué podía hacer sino mirar con recelo?
Por no caer ni perder hice caso omiso de sus telegramas, por muy urgentes que fuesen, aunque el Olvido estaba destinado a no aparecer hasta el último momento. Así, sin más abandoné con mi maleta roja sus calles hace meses -aunque parezcan siglos-.

Flotar entre las olas es volar en el mar.
Me pierdo en sueños antes de despertar y quiero volver a dormir.

"De aquí a un año del Dos queda declarado día impar."
Decreto real por la reina Deedee.

Siendo el principio de todo no hay por qué alarmarse. Hay que coger el toro por los cuernos. Si ya basta, ya basta. Borrón y cuenta nueva.
Por lo pronto mañana marcho cámara en mano a la caza de vinilos. Reflexión conmigo misma, respirar hondo. No hay frío en la ciudad por mucho que me empeñe y tengo que empezar a ver las cosas desde el otro lado de la taza de té.
Mañana decidiré cual será mi próximo paso (no, no me raparé la cabeza por muchas ganas que tenga). Creo que debería aprender a decir "te quiero" sin sentirme rodeada por un pastel rosa pegajoso.

Apacible tranquilidad en el día que empezó para mí a las 8.30. Vuelta a la biblioteca, esta vez modificando mi compañía y acortando mi(s) descanso(s), que hoy sólo fue uno y de únicamente treinta minutos.
A pesar de eso, sigue oliendo a vacaciones y esta tarde, aunque aun desconozca lo que haré, seguramente merezca la pena.
¡Fuera la rutina! (aunque sea vacacional...)

No entiendo el por qué de tanta violencia gratuita. Sinceramente, es que no puedo comprenderlo. Se me escapa.
Estoy cansada, muy cansada de que cada vez más los grupos violentos afloren en este, nuestro barrio, creyéndose estar en el Bronx o jugando a ser las SS.
El tiempo de Hitler ha pasado, el nazismo ha muerto, esto es Madrid y deberíamos poder respirar tranquilos.
Y al final todo será por ver tantos años seguidos Dragon Ball... Por suerte siempre detesté esa serie y me pegaba con mi hermano por cambiar de canal cuando lo ponía.

Brilla el Sol, hace frío y mi garganta se resiente. Únicamente pensé: "Queridas anginas, ¡venid a mí!". Y a mí han venido, sí, para alegrarme el final de las vacaciones.
Tengo una juerga en el cuerpo que no me tengo, oiga.